LA CHICA DE LOS OJOS
TURQUESA es una novela romántica juvenil escrita para un público adulto y basada
en el tema del acoso escolar. Allí se presenta la siguiente situación: Claire
Collins, la hermanita menor de Jeremy Collins, está siendo acosada en la
escuela por sus amigas para que pierda la virginidad como ellas. La niña está
dispuesta a hacerlo para no perder a sus únicas y mejores amigas, pero él no lo
permitirá. Jeremy no solo tendrá que evitar esa situación, sino que tiene la
responsabilidad de meter un poco de sensatez en la cabeza de su hermanita.
Busca ayuda en Khaterine Gibson, una de sus vecinas y antigua
compañera de estudios, quien ha podido conservarse casta y virginal hasta los
veintiún años. Jeremy quiere que Claire siga el ejemplo de Kate, por eso la
aborda y la convence para que lo ayude. El asunto es que Kate no cree tener la
capacidad para lograrlo. En la escuela ella también sufrió de acosos, por su
personalidad tímida y estudiosa, sabe cuáles son los miedos y dolores que experimenta
un niño acosado y no desea revivir esos traumas.
Mientras estudiaron juntos en la escuela Jeremy fue testigo
de la situación que vivió Kate. En algunas ocasiones actuó para evitar el hecho,
pero la mayoría de las veces se mantuvo como un testigo mudo, incapaz de
actuar.
Algunos lectores han criticado en sus reseñas el hecho de
promocionar la novela con la interrogante: ¿Cómo
ayudar al chico que un día fue su acosador? Y es que para ellos, Jeremy
Collins no debería ser considerado de esa manera, ya que él no fue quien
directamente la atormentó, sino que fue un testigo, y hasta el único que, en algunos
casos, intervenía para ayudarla.
Ser testigo mudo de un acosador lo transforma en su cómplice.
Un cómplice posee un grado de culpabilidad en el hecho, quizás no tanto como el
victimario, pero sí es considerado parte del problema. Es habitual que el acoso
escolar se lleve a cabo a espalda de los docentes, padres y representantes, y
origina una fuerte sensación de miedo e inseguridad en la víctima que lo puede
llevar a la depresión e incluso, hasta la muerte. Callarlo es tan peligroso
como participar activamente en el delito.
Jeremy confiesa en algunos puntos de la novela sentirse
arrepentido por haber sido parte del acoso que sufrió Kate:
—Quizás tengas algo de razón, pero ¿no fue así como vosotros la tratasteis en la escuela y en el instituto? —acusó Trevor—. Recuerdo que la llamabais «cerebrito» porque prefería estudiar a dedicarse a cualquier otra actividad, no la incluíais en vuestros juegos y solíais ignorarla…, a menos que os fuera mal en una asignatura y necesitarais su ayuda, claro.
Jeremy torció el rostro en una mueca de disgusto.
Mirar el hecho en silencio, reírse ante las burlas y llamar
a la chica por el término con el que la descalifican (en el caso de la novela
es “Cerebrito”), aunque sea sin malicia, eso lo transforma en parte del
problema. Así lo ve la víctima.
También es cierto que menciono en la novela que Jeremy fue
el único que en algunas ocasiones actuó para defenderla, pero en esas
oportunidades no lo hizo por “amor a ella” o por “una acción heroica”. En la
historia acoto que Jeremy siempre fue un chico inteligente, que sabía
aprovechar las oportunidades, se acercaba a Kate y era amistoso con ella solo
cuando estaba mal en alguna materia y deseaba que la joven, considerada la
mejor alumna de su clase, lo ayudara a aprobar. Se sentaba a su lado para
copiarse en algún examen y hasta la invitaba a su casa para realizar algún
trabajo, pero eso únicamente lo hacía cuando “necesitaba de ella”, en caso
contrario actuaba igual a la manada. Era popular entre sus amigos y no quería
perder esa posición. ¿Qué adolescente no reacciona de esa manera por necesidad?
A raíz del problema de su hermana, Jeremy mira el acoso
escolar desde otro punto de vista. Ya no es un victimario, sino una víctima. No
es quien sufre en carne propia la humillación, pero su hermanita es una de las
personas más importantes de su vida. Él sabe hasta dónde pueden llegar esos
conflictos y teme no actuar a tiempo para evitarlo. Además, el tiempo que ahora
debe compartir con Kate mientras encuentran una solución a ese problema, le
permite conocer más de ella y hasta enamorarse, confrontándose internamente por
su comportamiento anterior.
En el artículo: Lostestigos del acoso o agresión escolar
explican:
El acosador necesita público, le gusta tener testigos de sus acciones ya que eso refuerza su sensación de poder y añade más humillación a la situación de la víctima. Por ello, presenciar esas acciones y no hacer nada, convierte a los testigos del acoso escolar en cómplices.
Los testigos en muchas ocasiones actúan de esa manera por
miedo y con el tiempo se vuelven insensibles a la violencia. El acoso escolar
también los afecta directamente. Mi intención al escribir la novela, aparte de
presentar una hermosa y tierna historia de amor, es la de sensibilizar sobre el
tema del acoso escolar, visto desde todos los puntos de vista posibles:
víctima-victimario-testigo.
Los casos de acoso escolar aumentan de manera alarmante y se
conocen porque muchos de ellos, lamentablemente, terminan en tragedias. Es un
mal que se debe detener, pero antes de dar un paso, lo importante es conocerlo,
desde todas sus vertientes.
Por eso te invito a leer a LA CHICA DE LOS OJOS TURQUESA, una novela con la que no solo
suspirarás por la trama romántica y apasionada que encierra, sino que te
permitirá reflexionar sobre ese problema tan grave que agobia a la sociedad: el
acoso escolar.
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