«La letra muerta de la carta suele tener mucha mayor influencia que la palabra viva»
Kierkegaard en Diario de un seductor (siglo XIX)
La
pasada semana tuve el placer de participar como jurado en el concurso Cartas de Amor organizado por alumnos
de la Universidad Bicentenaria de Aragua. Allí no solo tuve la oportunidad de
conocer a personajes interesantes, sino que pude detallar las bondades que este
recurso literario aporta a los lectores y escritores. Por eso me inspiré a
escribirles este artículo. Espero les sea de interés.
La
comunicación mediante cartas es una práctica antigua, y su utilización
literaria también. Las cartas mezclan ideas, acontecimientos y sentimientos muy
íntimos, y pueden utilizarse para construir novelas.
La
epistolografía es una actividad literaria que consiste en escribir cartas. Por
su temática y su uso del “yo” la epístola se encuadra dentro de la escritura
creativa, junto con la autobiografía, las confesiones, el diario, las memorias
y el monólogo.
Aunque
el e-mail o el mensaje de texto por teléfono móvil han suplantado a la carta
escrita en papel, son medios que pueden sentirse más impersonales por la brevedad
que estos exigen y la velocidad con que son recibidas. Más que un intercambio
de escritos, aportan una ilusión de diálogo casi en tiempo real.
El
autor británico Simón Garfield, en su libro Postdata (Taurus), comenta
que las cartas dicen mucho más que lo que aparece en el papel: muestran usos y
costumbres de una época, algo que se perdió con el e-mail. Tal vez la brevedad
y la sintaxis deformada, típica de los mensajes de texto, sean las causas de
esa pérdida.
¿QUÉ SE NECESITA
PARA ESCRIBIR UNA CARTA?
1) Siempre debe contar con un destinatario, ya sea una persona, grupo de personas, animal, cosa o idea. La carta es una escritura que se realiza en la ausencia de uno de los interlocutores. Este diálogo diferido, como lo ha llamado Patrizia Violi en su artículo La intimidad de la ausencia (citado en el artículo de Darcie DollCastillo, se caracteriza porque “la presencia real del uno tan solo puede acompañarse de la reconstrucción imaginaria del otro, en un tiempo y lugar distintos”.2) La carta está sujeta a un canal de comunicación definido. El remitente y el destinatario comparten un código propio, desarrollado en un tono de confidencialidad que les sirve para expresarse. Como el caso de las cartas de amor, donde dos amantes intercambian de manera íntima sus sentimientos.3) Sus partes principales son: lugar y fecha, encabezamiento, saludo, cuerpo de la carta, despedida, firma y postada (opcional).4) Su clasificación depende del grado de universalidad del mensaje que contenga, y de la cantidad de personas a la que la carta puede alcanzar. Puede ser privada, pública, oficial, abierta, doctrinal, científica, poética o amorosa.5) Para escribirla debemos: tener presente al destinatario elegido, así como imaginación pero también corazón, sin dejar de lado los argumentos. En las cartas de amor la creatividad es lo que impera, con la libertad de expresar emociones a través de prosa, trasmitiendo un alto grado de emocionalidad.6) Poseer una escritura prolija. Antiguamente las cartas se escribían a mano y debían escribirse prolijamente para ser fácilmente leídas por el destinatario, respetándose las reglas de ortografía y sintaxis. Como eso llevaba tiempo y cuidado, se intentaba que el contenido no desmereciera el resto.
OTROS ELEMENTOS
DE LAS CARTAS DE AMOR:
Las
cartas de amor son expresadas buscando la trascendencia. El que escribe ansia
que el lector sienta en su propio interior sus sentimientos y emociones,
dándole a comprender lo que significa ser correspondido, o el martirio de las
esperas, los rechazos, las despedidas y las rupturas.
Jesús
Nieves Montero en su artículo El Género Epistolar comenta:
“Por eso, cuando escribimos una carta de amor, no escribimos solo para que una
única persona nos entienda, sino también para que aquél que por accidente o con
nuestra aprobación lea el texto, nos conozca un poco más y pueda él también
reencontrarse, en su labor de lector, con las complejidades de ese sentimiento
inabarcable que es el amor”.
NOVELAS
EPISTOLARES:
Es
un género de novela construida con una sucesión de cartas (epístolas) enviadas
o recibidas por sus personajes protagonistas desarrollando así una trama. Es un
recurso narrativo que permite cierto análisis psicológico de los personajes,
por el alto nivel de intimidad que debe ser utilizado.
Samuel
Richardson fue uno de los novelistas ingleses más populares del siglo XVIII. Es
famoso por una serie de novelas epistolares: la primera de ellas, Pamela o la virtud recompensada, fue
publicada en 1740. La narración era llevada por las cartas de la joven
sirvienta Pamela a sus padres, narrando los maltratos y asedios a los que era
sometida por su patrón, un noble. El patrón, que interceptaba las cartas, se
enamora cada vez más de la virtud y pureza de su sirvienta y termina pidiéndole
matrimonio. El público respondió masivamente a esta novela, ya que planteaba
temas de gran intimidad, que habitualmente se tenían por confidenciales.
En
1860, el escritor inglés Wilkie Collins publicó la novela La dama de blanco y, en 1868, publicó La piedra lunar. Ambas pertenecen al género policial, y han sido
reconocidas como obras maestras utilizando el recurso de la novela epistolar. Esta
técnica permitió a Collins presentar parcialmente sus argumentos: cada carta
era redactada por un personaje que decía lo que sabía o creía saber, y lo hacía
a su propio modo. El personaje se presentaba directamente al lector. Las cartas
no solo servían para mostrar personalidades extrañas o interesantes, sino para
multiplicar los puntos de vista subjetivos dentro de la novela y ponerlos al
servicio de tramas más complejas.
Internet
ha propiciado un nuevo tipo de novela construida en base a correos
electrónicos. Un ejemplo escrito en español es El corazón de Voltaire (2005), del portorriqueño Luis López Nieves.
Incluso pueden hallarse novelas que incluyen este tipo de recurso dentro de su
narrativa. Aunque no se definan como una obra epistolar, podemos encontrar escenas
o hasta capítulos enteros, donde dos o más personajes comparten información por
medio de e-mail, mensajes de texto, whatsapp o chat. Un ejemplo de ellos lo hallamos en la novela de E.L. James, 50
sombras de Grey.
Espero
la información les haya parecido interesante.
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