Ritmo es el flujo de movimiento controlado que se produce a nivel visual o sonoro, provocado por la ordenación de elementos diferentes en el elemento donde se origine. En la literatura, el ritmo estará marcado por la disposición de las palabras y el equilibrio que ostenten las oraciones. En ello influirán la medida de las sílabas y frases, el uso del acento y la rima, entre otros.
En la actualidad, se han hecho populares las novelas de ritmo
rápido, lo que suelen llamar novelas comerciales (bestseller), de estilo
cinematográfico. Estructuradas con escenas breves, profusamente dialogadas y
construidas a base de frases cortas, descriptivas y poco adjetivadas.
El ritmo es uno de los elementos que ayuda a que nos “enganchemos”
a una historia. Las frases largas, explicativas, llenas de descripciones y
detalles pueden hacer pesada la lectura, generándonos aburrimiento. No
obstante, si nos topamos con una novela muy rápida, llena de acción sin
explicaciones, o sin una base argumental sólida, podría empalagarnos hasta el
punto de abandonar la obra por aturdimiento.
Es imprescindible planear el ritmo, equilibrar la proporción
entre descripción-acción. Virginia Wollstein en su artículo “El ritmo en el
relato”, publicado en su blog El Circo de las Letras,
nos da un ejemplo de en qué parte incluir la descripción y en cuál la acción:
Digamos que estás relatando cómo James Bond encuentra una bomba y tiene que desactivarla en cuestión de segundos, entonces estaría mal poner demasiada descripción, porque eso ralentizaría todo. Por el contrario, de repente pasan cinco años en tu novela, no le dediques solo un párrafo, porque el lector no habrá vivido esos cinco años con el personaje y no se lo creerá. Esto rompe el ritmo.
Guzmán Urrero también lo aclara en su artículo “El ritmo
narrativo”, publicado en su blog The Cult:
El fenómeno no alude a las prisas del narrador, sino al compás de su relato: a veces desvaído y lleno de ausencias, y otras certero, conforme al movimiento positivo de los personajes.
El lenguaje tiene un ritmo y ese ritmo en la novela se
concentra además en unas categorías importantes: la narración y el diálogo.
Ambos tienen que ajustarse armoniosamente al ritmo de la acción. Un abuso de la
narración puede quitar espontaneidad y variedad a la novela, pero, un exceso de
diálogo puede convertirse en una carga para el desarrollo de la acción.
¿Cómo podemos manejar
el ritmo en nuestras historias para hacerlas adictivas al lector?
Virginia Wollstein confiesa que ella utiliza una técnica
llamada Outline, que no es más que
realizar un esquema del relato con anticipación, distribuyendo en cada capítulo
las unidades dramáticas. Ella no abarca una sola unidad en un capítulo, sino
que deja la resolución del conflicto para los siguientes, obligando al lector a
seguir leyendo para conocer el final de ese suceso. Pueden ahondar más en este tema
en el post: El efecto Zeigarnik, técnica de escritura que permite crear suspenso en una novela
En su artículo Guzmán Urrero cita al escritor guatemalteco
Marcello Pagnini, quien en una oportunidad expresó:
«La distribución adecuada de estos módulos narrativos, con diferentes velocidades, crea un ritmo especial que controla la emoción —el “suspense”, por ejemplo—, distribuye el énfasis, etc.»
A esa unidad dramática que Wollstein dividió en sus
capítulos, Pagnini la aborda con diferentes velocidades distribuyendo el
énfasis en una y otra, para controlar la emoción del lector. Con seguridad habrá
escenas que necesitan ser lentas para abordar explicaciones o descripciones
importantes, pero en otras será necesario incluir mucha acción, diálogos y
frases cortas que ayuden a llevar al lector al filo de sus emociones y lo
mantengan atado a la lectura. Con esa mezcla se evitará el aburrimiento, e
incluso, el cansancio que pueda generar una lectura muy rápida.
¿Cómo podemos
desarrollar una estructura que nos permita controlar el ritmo?
En el blog Escuela de Manga Jesulink
citan a un maestro japonés que ideó una regla de escritura pensada para el
Manga, pero que puede servir para cualquier otro tipo de escrito, denominada la
regla del Jo-Häi-Kyu, que quiere
decir: “división de la historia en tres momentos”.
En ella se explica que una obra debe tener un inicio, un
nudo y un desenlace, pero no solo el argumento, también cada capítulo y cada
escena. El lector debe entender que cada párrafo que lee es un eslabón de la
historia, nada está separado, de esa forma podrá seguir el ritmo de la
narración.
Los inicios nos permiten aportar esa parte descriptiva que
se necesita para sumergir al lector en la trama, el nudo permite imprimir la
acción, y el desenlace podría llevar un poco de cada uno, dependiendo de las
necesidades de la historia. Lo importante es que los finales de capítulos o de
las escenas intermedias no tengan una “resolución completa”, porque así
estaremos obligando al lector a seguir leyendo para saber qué ocurrirá.
Ya Virginia Wollstein lo dijo en su artículo: “un libro con buen ritmo es aquel que te
mantiene despierto horas y horas por la noche cuando deberías estar durmiendo.
De hecho, un libro con buen ritmo puede ser un bestseller, aunque tenga el peor
argumento y el peor mensaje del mundo”.
Por tanto, es importante saber equilibrar el ritmo de la
historia, tanto en los capítulos como en cada escena. No queremos que el lector
se aburra y deje nuestro libro de lado, la idea es engancharlo de principio a
fin. ¿No creen?
Recuerda visitar Mi Tienda en AMAZON para conocer las novelas que he escrito.
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interesante articulo JJ gracias!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por esta entrada, me ha servido de mucha ayuda ya que estoy escribiendo una novela. Besitos ;)
ResponderEliminarHola JJ, quiero aprovechar de compartir un libro que he estado leyendo y es muy interesante. Se llama "Como NO escribir una novela", los autores son Howard Mittelmark & Sandra Newman y pongo acá la presentación del mismo:
ResponderEliminar"En Cómo NO escribir una novela, Howard Mittelmark y Sandra Newman aplican sus años de experiencia como editores y escritores para identificar los 200 errores más comunes que cometen los escritores y enseñarnos cómo evitarlos. Muchos libros ofrecen consejos sobre cómo escribir bien. Éste no es uno de ellos. A través de hilarantes ejemplos muestra cómo conseguir que tu manuscrito jamás llegue a ser publicado: cómo los personajes son a veces versiones aburridas del propio autor, cómo un argumento puede resultar de lo más tedioso, cómo el estilo puede plagarse de tópicos… Delirantemente divertido y extremadamente útil, Cómo NO escribir una novela te ayudará a conseguir, entre carcajadas, que tu manuscrito pase de la pila de las editoriales a las librerías."
Espero sirva de ayuda.
www.hadaobruja.com
Hola Pilar, un millón de gracias por el aporte, había escuchado sobre ese libro, lo tengo en mi lista de pendientes... gracias!!!!
EliminarHola Jonaira!!
ResponderEliminarMuy buen post linda!!
Como bien señalas, el ritmo es vital para lograr una novela que atrape al lector, que lo mantenga enganchado página a página.
A mi me pasa que no suelo describir muy bien, pero trataré de implementar el consejo que nos das para mejorar en mis escritos.
Muchísimas gracias!!
Besos!!
JJ
ResponderEliminarMuchas gracias por este aporte :)
Besos
Excelentes consejos
ResponderEliminarMuchas gracias