Indagando en internet me topé con un tema interesante que me encantaría compartir con ustedes. Se trata del EFECTO ZEIGARNIK.
Nuestra naturaleza humana tiende a buscar siempre el
cumplimiento de una tarea, llegar al final de una situación o escuchar la
conclusión de una historia. Al no lograrlo se genera una tensión psicológica,
una preocupación basada en la motivación por terminar. Esa estimulación le
prohíbe al cerebro olvidarse del asunto hasta no alcanzar su meta. Es decir,
retenemos con más facilidad algo inacabado por la simple razón de que nuestra
mente se rehúsa a dejar de lado el tema hasta no conocer su desenlace.
Ese recurso es aprovechado por la televisión, el cine y la
literatura. El famoso “continuará…” es una aplicación de este efecto. Igualmente
el hecho de cortar una escena justo al final de un momento culmen, dejando al
lector en shock.
Este estudio nació cuando la psicóloga soviética Bluma Zeigarnik notó que un camarero
era capaz de recordar una larga lista de pedidos pendientes, pero no le era
fácil recordar los platos que acaba de servir. En 1927 publicó los resultados
de sus estudios, en los que utilizaba a varios estudiantes para realizar tareas
específicas, que eran interrumpidas por un conjunto de quehaceres sucesivos que
no tenían ningún tipo de relación con la labor principal. Al final eran los
momentos interrumpidos los que evocaban con mayor fuerza al intentar recordar
lo realizado. El resto se perdía sin dejar, en muchas ocasiones, ni siquiera
una huella en sus mentes.
En la literatura lo hemos encontrado desde la época de Cervantes y su Don Quijote, hasta llegar a las novelas de Charles Dickens. Esta técnica permite mantener en vilo a los lectores,
soportándose en la incertidumbre o el suspenso.
Se cuenta que Dickens,
el gran novelista inglés, aprovechó la ansiedad del público para lanzar
capítulos de Oliver Twist en lugar
del libro completo. Fue tanta la expectativa que creó, que los lectores
estadounidenses esperaban ansiosos en el muelle de Nueva York la llegada del
barco que contenía la última entrega de los capítulos. La desesperación por
saber lo que sucedería en la historia era “más fuerte” y no podían esperar ni
un minuto.
Busca en Amazon novelas de Charles Dickens:
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¿Cómo podemos aplicar esta técnica a nuestros escritos?
Por supuesto. Si es un cuento aprovecha los giros que da la historia
para dejar dudas en el camino, así el lector no parará de leer. Y si es
novela, utilizar los cortes de capítulo para generar suspenso.
En el blog tengo otro artículo que trata sobre este tema:
Espero lo disfruten. Y si desean leer más sobre el EFECTO ZEIGARNIK y cómo aplicarlo a
otras tareas, pueden entrar al blog de DAVID CANTONE.
Recuerda visitar Mi Tienda en AMAZON para conocer las novelas que he escrito.
muy buen post y muy útil, gracias!
ResponderEliminarInteresante, lo mirare- besos
ResponderEliminarMuy interesante, JJ
ResponderEliminarQué intenresante! Voy a echarle un vistazo a los links. Gracias por la info.
ResponderEliminarSaludos,
Jonaira me ha parecido genial, con tu permiso, lo "robaré" para compartirlo en el fan page de mi blog, está muy interesante...Me ha encantado...
ResponderEliminarNo hay problema Emma, a mí me pareció maravilloso, me alegro que a ustedes también les guste...
EliminarMuchísimas gracias, Jonaira. Es muy interesante y muy bueno por compartir. Gracias por la generosidad.
ResponderEliminar¡Gracias, Jonaira! Muy interesante el post. Ya me lo he guardado a buen recaudo para poder consultarlo más adelante sin temor a perderlo, :D
ResponderEliminarY pues vaya, a ver cuándo pongo en práctica esa técnica para conseguir como tú dices terminar todas esas historias inacabadas que llevo en danza.
¡Saludos!
Muy interesantes las sugerencias de esta publicación, probaré ponerlas en práctica. Me encantó el diseño de tu blog, Jonaira. Saludos desde México.
ResponderEliminarMe ha gustado este post, Jonaira. Mira que cada día se aprende un poco más. :)
ResponderEliminarMuy interesante.
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