El pasado 8 de marzo se celebró a nivel
internacional el Día de la mujer y, aunque en esa fecha estuve “fuera de
servicio” por culpa del mega apagón que dejó a oscuras a toda Venezuela, he
querido honrar a las que considero más significativas en mis post de esta
semana.
Sherezada para mí es un ejemplo de resistencia
y valentía. Durante mi infancia y juventud escuché muchas historias sobre ella,
la heroína del cuento antiguo LAS MIL Y UNA NOCHE. Una mujer capaz de inventar
un plan para hacer cambiar de parecer a un asesino en serie.
Si no saben la historia, se las cuento de
forma resumida: el Sultán Sahrigar fue engañado por su esposa, pero además,
otros hombres en el reino fueron víctimas de engaños similares. Enfadado por
esa situación, el sultán decide tomar cartas en el asunto y castigar a todas
las mujeres por traidoras. A diario se casa con una diferente y en la noche de
bodas, las decapita. Tenía mucho tiempo llevando a cabo esa estrategia hasta
que Sherezada, la hija del visir encargado de llevarle las mujeres al rey, se
ofrece como voluntaria para casarse con él asegurando tener un plan para acabar
con la ola de crímenes.
Su estrategia: CONTAR CUENTOS. Se pasó
mil noches y una noche contando historias entretenidas, llenas de aventuras,
emociones y misterios, capaces de durar hasta el alba, momento en el que decide
interrumpir de forma abrupta la narración ya que esa sería la hora de su
ejecución.
Pero Sahrigar queda tan intrigado con los
sucesos que ella relata que no es capaz de deshacerse de la mujer hasta conocer
el final de la historia, así que suspende la ejecución y le ordena a su esposa
presentarse en sus habitaciones la noche siguiente para que siga narrándole el
cuento.
De esta manera Sherezada logra sobrevivir,
pero además, con sus historias seduce al sultán teniendo intimidad con él hasta
darle dos hijos. Cuando finalmente termina la larga narración, Sahrigar es otra
persona. El tiempo compartido con su esposa y las emociones vividas con los
cuentos, así como todos los aprendizajes alcanzados, lo hacen pensar de otra
manera. Perdona la vida de su mujer y vuelve a ser el mismo rey justo, sabio y
generoso que había sido en el pasado, finalizando el extenso relato con un
final feliz.
¿Qué nos enseñó Sherezada? A manejar el
don de la paciencia, la diplomacia y la importancia de ser un excelente
“contador de cuentos”. Ser una gran oradora salvó no solamente su vida, sino la
de muchas otras mujeres que pudieron morir por orden del sultán si ella
fallaba. Esa mujer dio su vida por otros, sin amilanarse por el peligro.
Para mí, es una gran heroína. ¿Compartes
conmigo esa opinión? ¿Conoces alguno de los cuentos que Sherezada contó al
sultán durante las mil y una noches que estuvo con él?
Te invito a visitar Mi Tienda en AMAZON para que conozcas las novelas que he escrito hasta la fecha. De romance, acción, fantasía y erotismo.
Es un súper poder particular que deja claro que al conocer diferentes historias podemos cambiar muchas cosas.
ResponderEliminar