Inicié la novela juvenil distópica SIEGA
de Neal Shusterman como parte de la lectura conjunta #LCSIEGA del club Mil libros sin rumbo, administrado por @eal_93.
He leído muy poco de este género y desde
hace tiempo he tenido curiosidad por las novelas de este autor, del que se
habla mucho, así que le di la oportunidad. Debo confesar que fue una buena
decisión. Disfruté al máximo de la lectura, está llena de suspenso, acción,
emociones y posee un final impactante.
Para ser una lectura juvenil me
sorprendió la forma en que ahonda el tema de la muerte y la moral para decidir
quién merece morir y quien no, porque en eso se basa la novela. Es un mundo
futurista donde las enfermedades han sido erradicadas, así como las guerras y
la delincuencia, pero, para controlar la cantidad de humanos, se ha creado a
una “logia” (por decirlo de alguna manera) de segadores, que son los encargados
de asesinar a esa población sobrante.
Al inicio se nos presenta a Citra y a
Rowan, dos adolescentes que, desde sus perspectivas, nos narran como es la vida
en ese mundo del futuro, como es la escuela, la familia y la vida en general.
Citra es una chica común, algo popular y con una familia amorosa, con
amistades, sueños y metas; Rowan es el típico aislado, ignorado, incluso, por
su familia, que es muy extensa, sin muchas perspectivas de futuro, pero
llevando a su manera su presente. Ambos, por situaciones diferentes, terminan
en la mira de Faraday, un segador, quien decide reclutarlos como aprendices ya
que vio en ellos potencialidades para el trabajo.
Los nuevos segadores son elegidos por
otros segadores, quienes los entrenan en cuanto a moral, psicología humana, estadísticas
mundiales, armamento, venenos, técnicas de pelea y asesinato, y luego son
sometidos a una serie de pruebas físicas y académicas hasta que son aceptados
por la “logia” en una especie de conclave regional.
Cuando Faraday llega a sus vidas, la novela
deja de centrarse en el mundo futurista y se sumerge en el mundo de La Guadaña,
como se hace llamar la “logia” de segadores, pues los chicos deben aprender
todo de ella para poder formar parte de sus filas. Los dos no serán segadores,
sino el que logre superar el entrenamiento. Ninguno quiere hacerlo, nadie desea
transformarse en un asesino, pero no pueden negarse ya que sus familias ganan
inmunidad si logran el cargo (no son asesinados por La Guadaña). Citra lo
acepta por amor a los suyos; Rowan, porque no tiene otra cosa más que hacer.
Sumergirse en el mundo de La Guadaña y en
la mente de los segadores resulta súper interesante, además de ser entretenida,
porque hay acción por montones (escenas de peleas tipo The Matrix y asesinatos
en masa tipo Kill Bill) y mucho suspenso e intriga. Citra y Rowan se ven
envueltos en un conflicto de poder que los pone en el centro de una rueda de
tiro al blanco. Si no resuelven el problema que asedia a los segadores, ellos
serán eliminados.
Cuando entras en esa parte de la historia
es difícil dejar el libro, el misterio te arropa y los giros violentos que hace
el autor con la trama te enganchan aún más, hasta que te da la última estocada
con ese final de película.
Amé este libro, lo recomiendo al 100% y
ya tengo en fila para su lectura la segunda parte. El cierre de esta historia,
la tercera entrega, se publicará en España en Julio y ya se habla de la
preparación de una película, es decir, habrá mucho de La Guadaña en el futuro.
SIEGA, como ya les comenté, formó parte
de la lectura conjunta del club Mil libros sin rumbo #LCSIEGA, pero también es
parte del #DesafioVidaNovelada y del #ReadingChallenge2020 como la cuarta
novela leída en el mes de febrero.
Hola, me alegro que e haya gustado, aunque no creo que a mi me gustara. Cuanta diversidad literaria!! Besos.
ResponderEliminarEso es lo bueno de la literatura, que hay para todos :)
EliminarGracias por la visita.
Pues pinta muy bien, me alegro que te haya gustado tanto jejej
ResponderEliminarmuchos besos y gracias por la reseña
Sí, espero ponerme este mes con el segundo. Es una historia muy interesante.
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