Muchos autores, sobre todo en el género de romance, se aprovechan de una marca para definir la personalidad de un personaje. Cada vez se hace más habitual hallar en los textos literarios referencias al uso de ropa de diseñador, carros lujosos y accesorios elegantes, entre otras exclusividades.
Hace un tiempo escribí un artículo para el blog Escribe Romántica que se titula CÓMO DESCRIBIR PERSONALIDADES A TRAVÉS DE LA ROPA. Al redactarlo pude notar cómo influye en el carácter de un
personaje el tipo de indumentaria que lleva puesta; pero una cosa es decir: “vestía con elegancia de traje y corbata”,
a: “llevaba puesto un traje discreto, de
pantalones estrechos y chaqueta de hombros ligeramente abultados fabricado por
J. Crew, cuyo corte marcaba y estilizaba la figura atlética masculina. Lo hacía
verse más alto e imponente de lo que habitualmente era”.
¿Captan la diferencia? ¿Con cuál de las frases pueden
imaginar mejor a un hombre sexy y moderno?
Lo que representé en la frase final son las características
más básicas del tipo de costura del traje Ludlow, diseñado por J. Crew,
detalles que encontré en la página del estilista Cesar Acuña.
Yo no tengo la más mínima idea de quién sea J. Crew, debo confesar que soy de
las que compra en tiendas por departamento y ve la etiqueta de la ropa en busca
del precio y no de la marca, pero a la hora de escribir, debo interesarme por
cada aspecto de mi personaje, para hacerlo más real y definirlo de la mejor
manera.
Al investigar más a fondo pude encontrar que J. Crew es un
diseñador que no solo crea trajes exclusivos, más bien elabora buenos trajes
para un mercado joven, elegante y con estilo, que les gusta sentirse parte de
un grupo. En un artículo publicado en la revista Bello Magazine
se expone: “Otro de los aspectos que se muestra usando un atuendo J. Crew es que,
si bien es cierto nos sentimos importantes, nos siguen importando las minorías
y se habla con cuidado de ellos (consideración). Generalmente se trata de
hombres de trato suave y que saben utilizar los privilegios que han ganado con
el tiempo de forma juiciosa”.
Con la descripción anterior pude confirmar que si a mi
personaje lo visto con el tipo de atuendo de ese diseñador, de forma indirecta
le estoy atribuyendo ciertas características: SEXY, JOVEN, PRECAVIDO y ATENTO = UN BOM BOM ROMÁNTICO.
Al hablar de romántico me refiero a ese tipo de hombre que
cuida de los detalles, que se preocupa por sus semejantes, que respeta, es tolerante
y divertido, características que definen la ropa creada por J. Crew. Sin
embargo, el que no sepa de moda y no conozca a J. Crew no sabe que estoy
utilizando el nombre del diseñador para describir parte de la personalidad del
personaje, pero la literatura actual, sobre todo, la femenina y la joven, se
alimenta con estos elementos. A los lectores del género les gusta.
¿Qué hubiera sido de Edward Cullen sin su Volvo? ¿O de
Christian Grey sin su ropa de marca, sus regalos costosos y su helicóptero? ¿O
de los guerreros vampiros de La Hermandad
de la Daga Negra sin sus botas Timberland, su ropa de cuero, o sus trajes
de Valentino, Versace u otros grandes diseñadores?
La publicidad ha conseguido que relacionemos algunas marcas
con conceptos como estatus social, distinción, glamour, etc. Algunas personas
llegan a obsesionarse por determinadas marcas, que son utilizadas como manera
de integración social o de reafirmación personal.
Por ejemplo, la Harley-Davidson, marca de motocicletas cuyo
símbolo se ha convertido en el tatuaje más popular en Estados Unidos y es
definida por su propia empresa como una experiencia, una actitud, un estilo de
vida y un vehículo para expresar quién es uno. La imagen visual que utilizan en
sus campañas es la de una motocicleta solitaria en el camino, en alguna parte
de la vastedad de Estados Unidos, que expresa con claridad la resistente
individualidad y la libertad personal. Otra es la de un relajado grupo de
motociclistas, de aspecto práctico, que comparten creencias, valores y
experiencias en medio de espacios llenos de libertad. Quienes ansíen vivir como
ellos deben adoptar el amor por la marca, aunque desconozcan la funcionalidad
de sus productos.
También podemos encontrar marcas identificadas con
personajes públicos que definen la “promesa” que ofrecen a sus consumidores.
Como Porcelanosa, que diseña artículos para el hogar y utiliza la imagen de
Isabel Preysler en sus campañas; o Nespresso una exclusiva marca de café con la
imagen de George Clooney en su publicidad; y Nike, de quien es imposible hablar
sin imaginar a Michael Jordan. En términos de atributos Porcelanosa es
elegancia y glamour, Nespresso inteligencia y estilo, y Nike acción y
liderazgo. El uso de esas personalidades les aporta valores y atributos que
ayudan a clasificarla y asociarla a estilos de vida.
Decir que mi personaje llegó a su oficina y dejó sobre una
butaca su maletín antes de lanzar las Ray ban sobre el escritorio. Se quitó la
chaqueta del traje diseñado por J. Crew, se desajustó la corbata y tomó el Nespresso
que le esperaba antes de acercarse al amplio ventanal para disfrutar de una
vista privilegiada de Manhattan, le aporta más carácter y personalidad que si
hubiera omitido esos datos (fíjate que ni siquiera fue necesario nombrar a las
gafas de sol, con decir Ray ban muchos saben cuál es el tipo de accesorio que
estoy nombrando).
Actualmente la literatura es muy visual, y resulta más sencillo
dibujar la personalidad de un actor a través de características preestablecidas
por una marca que gastando párrafos y párrafos de explicaciones. Sin embargo, y
a mi criterio, un autor no debería valerse de este recurso de forma habitual.
Quizás en una que otra ocasión, pero no de manera perenne.
Es flojo decir: “El señor X era celoso y tenía la apariencia
de Vin Diesel cuando alguien se me acercaba”, a explicar: “El señor X era un
semental de casi dos metros de alto, con más de ciento cincuenta kilos de
músculos y orgullo; la cabeza rapada, los ojos severos y la mandíbula apretada
eran su marca distintiva. Un espécimen perfecto que expelía seguridad e
infundía temor, cuyas venas de los brazos y cuello se le tensaban cada vez que
otro se me acercaba”.
¿Un poco exagerado? Bueno, es un ejemplo, espero hayan
captado la idea. Utilizar a Vin Diesel para describir la forma física de un
personaje podría funcionar en una ocasión, pero cuando llenamos el texto de ese
tipo de referencias, la lectura se hace aburrida y se nota la pobreza narrativa
del autor.
Aunque el uso de una “marca” puede ser capaz de describir a
una persona, sus gustos y costumbres, hay que saberlas utilizar, colocarlas en
la menor cantidad posible y más aún, valerse de las más conocidas. Fíjense que
si anteriormente no les hubiera explicado quien era el diseñador J. Crew, y de
qué manera se definían sus diseños, tal vez, no sabrían de quien hablaba y a
qué estilo hacía referencia. De nombrar a Versace, Oscar de la Renta o
Valentino la imagen hubiera sido más clara.
Con el paso del tiempo la literatura se empapa de
actualidad, y no podemos evitar que nuestras letras se llenen de las costumbres
consumistas de esta era. Más aún si queremos captar a un público joven o a uno
femenino. En estos casos la técnica pudiera ser efectiva, pero como ya lo dije,
es pequeñas gotas. Sin descuidar nunca descripciones más elaboradas.
Las novelas que mejor manejan este tipo de lenguaje en sus descripciones, son las novelas chick lit, entre ellas El diablo viste de prada y Sexo en Nueva York.
Me ha encantado este artículo, Jonaira. Siempre me ha llamado mucho la atención el desfile de marcas que hay por ciertos tipos de literatura, y aunque no leo chick-lit, sí lo he visto en los libros de Pequeñas Mentirosas (que aunque algunos lo digan, yo no los considero del género). En estos libros, son muy pocas las ocasiones en las que identifico a las protagonistas con lo que usan o llevan (sólo entiendo la distinción de sus teléfonos móviles, que es cierto que ayuda a hacer una imagen más definida de la persona), por eso muchas veces me veo con demasiadas marcas y sin entender realmente qué me dicen con ellas. Supongo que en ciertos aspectos soy un poco ajena a muchas cosas del mundo comercial xD
ResponderEliminarEn fin, me enrollo mucho, pero quiero decir que me ha servido bastante tu artículo, y si en algún momento escribo o leo algo de estas características, lo tendré más en cuenta.
¡Gracias por el pos!
Un saludo.
Gracias por escribir Elisa, cuando se usa cualquier cosa en exceso no se logra lo deseado, por eso, abusar de las marcas más que una identificación lo que se logra es confundir al lector, agobiarlo. Yo he leído novelas románticas donde el autor se afana en señalar de donde proviene cada prenda o artículo que posee un personaje y eso lo hace poco identificable. Yo creo que debe existir un equilibrio, valerse de esta técnica tiene sus ventajas, pero también sus debilidades, por eso, es bueno saber cómo y cuánto utilizarla.
EliminarHola Jona!!
ResponderEliminarMe gustó el articulo, pero en cierto sentido no me gusta esto de las marcas en una novela. Sí, para describir a un personaje adinerado se puede decir que tiene un ferrari, que sé yo, un volvo, quizás a eso agregarle que tiene un smartphone ultima generación que en mis sueño podría comprar, agregarle a eso que usa ropa del diseñador pepito palote y etc. etc. etc.
Pero cuando el proceso es el inverso? cómo describimos a alguien que no tiene recursos, con marcas? aquí es donde no me gusta, puesto que lo he visto en muchas ocasiones. Las autoras describen a personajes pobres o simplemente con mal gusto diciendo que usan ropa de walmart, que su bolso está no es gucci, y muchas otras cosas despectivas. pero... ¿Cuándo lo hacen piensan en el lector que usa ropa de walmart? La respuesta es NO, puesto que si lo hicieran, simplemente diría que su ropa es de mal gusto o está gastada, dice lo mismo y no hiere sentimientos. ¿Qué propiedades tengo yo para decir que un libro puede herir sentimiento? porque lo vi, tengo una amiga de pocos recursos, q cuando leyó uno de estos libros quedó muy deprimida, y me dijo "No es culpa del personaje no tener dinero y verse obligada a comprar lo que sea" Y las autoras lo nombran como mal gusto, cuando eso es pobreza, la cual no se elige.
Así que finalmente saco por conclusión que no es necesario usar marcas, es imposible escapar de ellas, pero yo digo lo mismo con: "Tenía un Ferrari rojo que brillaba bajo la luz del sol" a decir: "tenía un deportivo rojo descapotable, con asientos de cuero negro intenso, cuyas curvas hacían brillar la pintura bajo los rayos del sol"
La ostentación está en las palabras no en la marca, y lo mismo para la desdicha o el "mal gusto".
Eso, espero haber sido aporte. chauuu!!!!
Hola Nadia, es un gusto tener de nuevo noticias tuyas XD
EliminarEl uso de las marcas no es solo para identificar a los personajes adinerados, fíjate que en una parte del artículo digo que existen marcas que "simbolizan" una promesa o "identifican" a un grupo de personas que comparten gustos afines, como lo ocurrido con la Harley-Davidson. Es una marca que representa un estilo libre, no es necesario tener una moto para sentirse leal a la marca, quizás un tatuaje, una etiqueta, etc., permite sentirse parte del "equipo".
Por ejemplo, en mi novela LA MIRADA DEL DRAGÓN, el protagonista no es un hombre de dinero, es un mercenario, rudo, socarrón y lleno de rencores que ha vivido toda su vida en la miseria y tiene cierta fobia a las cosas y ambientes suntuosos. Sin embargo, es amante de los autos clásicos, viaja en un Chevrolet Camaro del 69, viejo y abollado, vehículo en el que emprende la aventura junto a la protagonista para resolver el conflicto de la trama. Aquí me valgo de la imagen del auto para identificar a mi protagonista, los autos Camaro son vehículos de caracter, con personalidad propia, imponentes, soberbios, activos, listos para la batalla... a eso me refiero con hacer uso de una marca para dar fortaleza al personaje.
Y con respecto a tu ejemplo del Ferrari, es cierto que "la ostentación está en las palabras no en la marca", pero no es lo mismo manejar un descapotable Renault Mégane, el Peugeot 306, el Saab 900 o el Fiat Punto, que son versatiles, ideales para turismo familiar, a manejar un descapotable Mercedes SLK, BMW Z3, Fiat Barchetta o MGF, o incluso, el Ferrari, que son autos de lujo, de dos plazas, diseñados para aportar placer al conductor... ¿ves cómo cambia la personalidad del personaje al usar un modelo específico o una marca determinada? Por supuesto, como dije en el artículo, el efecto se logra si el lector comprende de lo que estás hablando. Por eso, repito en varias ocasiones, que esta técnica hay que saberla utilizar. Es buena, pero se debe aprender a utilizar pensando en el tipo de lector que va a leer la novela...
Gracias por pasarte por el blog, espero sigamos en contacto XD
Me gusta el artículo y lo "debatible" que puede ser.
ResponderEliminarPersonalmente, pienso que el uso de marcas funciona cuando existe algo implícito entre líneas, cuando deseamos que el lector imagine el "BMW" o el bolso "Chanel" a su manera.
No voy en contra del uso de marcas en una historia, pero he topado con novelas donde mencionan trajes de diseñador que ni siquiera conozco y me hacen perder la imagen de los personajes que voy construyendo en mi cabeza, es decir, no logro conectarme con lo que la autora quiso expresar.
Excelente artículo JJ,
Besos.
Hola Sianny, por esos ejemplos que tu das es a lo que me refiero con saber usar las marcas, tratar de que se haga referencia a las más conocidas e identificar las diferencias que pueden tener con otra, para que el lector se haga una imagen mental completa del personaje y del ambiente donde se desenvuelve.
EliminarGracias por pasarte y comentar XD
Me parece muy interesante el debate y concuerdo contigo. El uso correcto de las marcas puede dar mucho poder en la personalidad de un personaje, por que lo hace real y es más sencillo que las personas se identifiquen con él. Eso como pertenecer a un grupo que tú consideras reducido pero que en realidad es inmenso. Lo mismo ocurre con la música, nombrar una canción de alguna banda conocida, o el libro favorito de la protagonista, o incluso aquellos chocolates o dulces que el villano no puede dejar de comer, es lo que hace que el personaje cobre vida y lo hace más humano y atractivo al lector.
ResponderEliminarBesos, me gusta mucho tu blog!!! ^^
Qué interesante, tienes toda la razón, nunca me había fijado en la importancia visual de las marcas. En mi próxima lectura, prestaré atención :o
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