❀ Las mujeres fuertes de la literatura: 3/5 ANNA KARENINA ❀



Sigo hablándoles de las mujeres de la literatura a las que considero más fuertes. Les he presentado a Sherezada, de Las mil y una noches, y a Scarlett O’Hara, de Lo que el viento se llevó. Hoy voy a hablarles de Anna Karenina, la protagonista de la novela Anna Karenina de Leon Tolstoi.

Leí Anna Karenina por curiosidad. Sentía interés por conocer la literatura rusa, así que me decidí por ese gran clásico.

Debo confesar que me aburrí durante la lectura. Tolstoi era un genio, capaz de tocar cualquier tema con precisión, pero eran tantos que abrumaban. Su novela hablaba de política, de economía, de medicina, de agricultura, de arte y de música, y no solo rusa, sino de toda Europa y parte de Asia y América. Tocaba con seriedad temas militares y de estrategia de guerra, como si lo hiciera con expertos, de la misma manera en que escarbaba asuntos sociales, tanto de la clase baja como de la alta. Todo esto en el marco del desarrollo de las vidas y dramas de dos parejas de personajes protagonistas y varios secundarios.

Mostraba con facilidad los conflictos morales y personales de sus personajes, pasando con gran destreza de la mente de un hombre de campo preocupado por su familia, por sus tierras y sus trabajadores, a la de una mujer agobiada por la sociedad de la época. Bien podía describirte las técnicas de cosecha según la estación, así como el tipo de ropa interior femenina de moda según la temporada. Era un conocedor de cada tema que tocaba, pero para mi gusto, resultaba demasiado abrumador.

Sin embargo, no puedo negar que al finalizar la lectura me quedó fija en la cabeza la historia de Anna Karenina, una de sus protagonistas. Fue una historia tan impactante y dura que terminó acaparando la atención de toda la obra, robándose incluso, el honor de ocupar el título. Es una de esas historias que sabes desde el principio que irá mal, que los pasos que va tomando la chica la terminará llevando a la deriva. No obstante, resulto imperioso seguir leyendo para conocer su dramático final, esperando que por alguna suerte del destino fuera diferente.

Pero no, Tolstoi no tuvo compasión de ella, terminó dejándola que se arrastrara en sus derrotas. Aunque, le concedió durante la obra muchas batallas ganadas, que complacían la lectura. Anna era el cambio de timón que la sociedad de la época necesitaba. Ya las guerras habían pasado por esa sociedad, queriendo transformarla, pero no, era necesario el paso de una guerrera con espuelas de acero para darse por vencida.

Anna Karenina nunca se doblegó ante sus detractores. Siempre miró al frente, con una amplia sonrisa. Lloraba en soledad, en la privacidad de sus enormes mansiones, mostrándose siempre soberbia y altiva ante sus difamadores. Obtuvo lo que quiso, disfrutó a plenitud del placer de las metas alcanzadas, aunque aquello fuera una afrenta para una ciudad tradicionalista que nunca se detuvo hasta ver caída a la atrevida.

A pesar de la crueldad, la derrota de Anna Karenina no fue un triunfo para esa sociedad hipócrita, sino el golpe de gracia que terminó de doblegarla. Ella no se rindió a su destino, sino que se entregó a esa libertad que ardía en su corazón y que solo podía hallar fuera de este mundo.

Anna Karenina no fue una novela sobre una chica incomprendida, sino sobre una sociedad que no sabía comprender. La lección fue para ella, por eso debía abarcar cada aspecto de su desarrollo, paseándose por infinidad de personajes que mostraban cada pequeño resquicio de sí misma. Anna Karenina fue esa transición que debía darse en un país abrasado por los conflictos, que necesitaba llegar a los suyos.

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